Alerta: En este artículo escribo acerca de temas controversiales. Quiero aclarar que es solamente mi punto de vista, en base a mis experiencias.
Normalmente, a la intolerancia al gluten se le llama enfermedad celiaca. Y veo por aquí y por allá, que los médicos recomiendan que NO lleves una dieta sin gluten a menos que tengas un diagnóstico confirmado de dicha enfermedad. Personalmente, no comparto esa opinión. (Algo rebelde la niña, por favor no le digan a mis familiares médicos je je)
¿Es necesario un diagnóstico de celiaquía para llevar una dieta sin gluten?
Veamos los hechos. El estar diagnosticado, que puedas tener tu papelito que te incluye en la comunidad de celiacos, no cambia ABSOLUTAMENTE NADA. Y, para empezar, es una enfermedad que se tarda mucho en ser diagnosticada.
La enfermedad celiaca tiene la característica de que, a pesar de que tiene muchos años de que fue descrita (por primera vez hace aproximadamente 2000 años), muchos médicos no la conocen. De la mayoría de los médicos que conozco, si es que la conocen, es en su manifestación más extrema. Peor aún, si es que la diagnostican (esta enfermedad tiene una gran cantidad de casos no-diagnosticados), el tratamiento es... ¡UNA DIETA SIN GLUTEN!
¿Hay otro tratamiento? Actualmente, no. (Lamentablemente, no le han atinado a un medicamento).
Pero no me hace daño estar diagnosticada, ¿o sí?
Definitivamente, no. Depende de tu bolsillo (¡UPS!). Cuando yo pregunté, los exámenes serológicos para diagnosticar la intolerancia al gluten andaban en 5,000 pesos, más la endoscopia de yeyuno alto con su respectiva biopsia (esa sí no sé en cuánto ande). Claro, estar diagnosticado con enfermedad celiaca tiene las ventajas de que te dan seguimiento a la enfermedad, pero como ya dije antes, los anticuerpos dejan de ser detectables a los seis meses de que empiezas una dieta sin gluten.
Bueno... ¿y cómo puedo al menos darme una idea si es eso lo que yo tengo?
Los síntomas clásicos de la enfermedad (y que la mayoría de los médicos buscan) son gastrointestinales:
- Diarrea crónica y maloliente
- Esteatorrea (heces con alto contenido graso)
- Dolor abdominal
- Distensión abdominal
- Gases
¿Cuál es la desventaja de querer diagnosticar con estos síntomas? Principalmente, que se necesita que el daño al intestino ya sea muy grande para que se presenten.
Ahora bien, también existen otros síntomas que se consideran dentro del cuadro clásico de la enfermedad, como:
- Rápida pérdida de peso (por la incapacidad de absorber nutrientes, como lo explico aquí)
- Anemia
- Fatiga
- Sueño constante
La fatiga constante y la anemia se pueden presentar muy frecuentemente. Y esto es en etapas no tan avanzadas de la enfermedad.
Hay otros síntomas aparte, que ya entran dentro de un cuadro menos conocido de la enfermedad:
- Intolerancia a la lactosa
- Sueño después de comer algo con gluten. Incluso cambios de humor.
- Osteoporosis y/o osteopenia
- Síndrome de malabsorción de fructosa
- Infecciones recurrentes y/oportunistas (como las llagas en la boca o aftas)
- Problemas en la piel, como el dermografismo y la dermatitis herpetiformis (un tipo de inflamación de la piel que provoca mucha comezón, roja, con ampollas similares al herpes).
- Endometriosis y síndrome pre-menstrual muy intenso
- Infertilidad inexplicable o abortos recurrentes
- Dolor en articulaciones
- Migrañas
- Más todos los síntomas que ya describí en este artículo y en éste.
Dermografismo - Mi brazo en sus peores momentos |
Lamentablemente, la mayoría de los celiacos con los que he platicado, fueron diagnosticados después de mucho tiempo de que empezaron sus síntomas más fuertes.
Personalmente, yo le puse palomita al 80% de los síntomas. Los gastrointestinales, extrañamente, fueron los últimos en aparecer. Ahora bien, mi gastroenteróloga no tiene ningún problema con que lleve una dieta sin gluten sin estar diagnosticada serológicamente. Literalmente, ella me dijo: "El gluten es veneno". Y vaya que lo es, al menos para mí.
Ahora... todos esos síntomas, desaparecieron o disminuyeron con una dieta sin gluten. Entonces la pregunta principal, para mí fue contestada fácilmente. No necesito una prueba de sangre que me diga lo que mi cuerpo me está gritando. El gluten y yo no nos llevamos bien, nuestra relación no puede ser. Y punto.
Ya cada quien decide cuál es el camino más apropiado conforme a sus experiencias.
Yo he escogido curarme a través de la comida y creo que me está yendo bien.
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