viernes, 13 de septiembre de 2013

¿Qué es el gluten y por qué nos hace daño?

Seguramente te habrás preguntado varias veces por qué doy TANTO gorro con el gluten. 

Bueno, ¿y eso qué es? ¿Con qué se come? ¿Por qué le huye tanto a esa cosa? Y más importante, ¿por qué me pone tanto infierno con que deje de comerlo?

Las razones detrás de esas preguntas pueden ser tan sencillas como "el gluten daña el intestino", y al mismo tiempo tan complicadas como para escribir varios libros al respecto. Intentaré ponerlo en palabras simples, dentro de mi limitado entendimiento, de lo que he ido leyendo e investigando...
Nunca creas que un pedazo de pan es inofensivo...



En fin, aquí voy:

Como ya te he dicho muchas veces, el gluten está principalmente en el trigo, cebada, centeno y (esto es objeto de controversia) en la avena. El gluten es una molécula algo compleja, de esas llamadas glicoproteínas, que se forman de proteínas con glúcidos (o azúcares). Forma parte del grupo de las lectinas, sobre las cuales ahondaré en otro artículo. En ese artículo entraré en detalles moleculares que simplemente quiero que conozcas, pero para dejar los conceptos claros por mientras: las glicoproteínas se encuentran normalmente en la membrana celular como pelitos (sí, por afuerita) y sirven para distinguir una célula de otra. Serían como los accesorios que tienen las células que las hacen formar parte de un grupo en específico. El equivalente a los anillos de graduación o a los crucifijos que nos identifican como cristianos, entre otros. Seguramente tú puedes encontrar más ideas y ejemplos que yo.

Bueno, ¿pero qué tiene de especial el gluten?

Una de las principales características del gluten se puede deducir a partir de su nombre: gluten en latín significa "pegamento" (de ahí viene la palabra en inglés glue). Y literalmente se pega a todo. Le gusta especialmente pegarse a las moléculas de agua, lo que hace que los alimentos que la contienen mantengan su humedad y consistencia. Es de hecho el responsable de que el pan quede esponjosito y suave, no seco (¿alguna vez has intentado hacer pan con harina de arroz? No queda para nada igual...)

Eso no tiene nada de malo en sí, si no fuera por los efectos cuando entra a nuestro intestino. Como nosotros no tenemos enzimas para digerir el gluten (¡no somos pájaros!), éste llega enterito al intestino, con todas sus propiedades pegajosas. Para fines prácticos, podemos decir que el gluten se pega a las paredes del intestino delgado y daña a las células que lo recubren, creando pequeños huecos por los que se introduce y se va directamente a la sangre. El principal problema se presenta ahí: nuestro sistema inmune reconoce el gluten como un agente externo (¡está entrando directamente a la sangre una molécula grande desconocida!) y lo ataca, como hace naturalmente con los invasores. Pero (y ahí viene el gran PERO), el gluten se parece a otras glicoproteínas presentes naturalmente en nuestras células. Esto hace que el sistema inmune se confunda  y, en su intento de atacar el gluten termine atacando células buenas.

Bueno, ¿pero un poco de gluten qué daño va a hacer?

La respuesta es muy sencilla.

MUCHO.

Y entre más gluten haya en el organismo por más tiempo, más daño hace. Porque hace más agujeros microscópicos en el intestino, por ende, más gluten puede pasar al torrente sanguíneo y reacciona con más fuerza el sistema inmune atacando más al cuerpo. A pobres celulitas que sin deberla ni temerla reciben un ataque colosal, que aumenta exponencialmente con el paso del tiempo.

Ahora, la siguiente pregunta natural sería: 

¿Qué efectos me causaría esta confusión del sistema inmune?

Eso depende de las células con las que se confunda el gluten. Es muy común (muy, muy común), que se confunda con células del mismo recubrimiento del intestino, por ende, dañando aún más esa barrera protectora, ocasionando el cuadro clásico de enfermedad celiaca. También es frecuente que se confunda con células de la tiroides (causando tiroiditis de Hashimoto, como se ha correlacionado últimamente en muchos artículos científicos). No solamente esas, también se confunde con las glicoproteínas de algunas neuronas, causando lo que se conoce como gluten-ataxia (¿alguna vez has sentido que ya no piensas igual? ¿Que ya no recuerdas las cosas igual que antes? ¿Que batallas para encontrar las palabras o que pierdes el equilibrio?).

Y así hay muchas otras células más con las que se confunde. Sobre los efectos, dónde se encuentra, cómo evitarlo y como revertir los daños que ya ha ocasionado en el cuerpo te hablaré en otros escritos. Sólo tenme paciencia. Mañana, o pasado, quizá.

Un beso,



2 comentarios:

  1. Nunca me imaginé que funcionara así. Muy fácil de entenderle así como lo explicas.Gracias por esta información,me hace considerar seriamente dejar los alimentos con gluten.

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    1. De nada, Rosario. Es simplemente que no podía quedarme con esta información para mí sola, sabiendo que hay tanta gente a la que le podría ser de utilidad. Espero pronto poner más =)

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